Cambios vaginales producidos por el envejecimiento y parto:
- Ensanchamiento de la vagina
- Reducción de estrógenos
- Pérdida de elastina y colágeno
- Reducción del flujo sanguíneo
- Sensibilidad baja
Principales preocupaciones:
- Síndrome de relajación vaginal (VRS)
- Disfunción sexual
- Estética de los genitales externos
- Atrofia de los genitales internos y externos
- Sensación de dolor, ardor o quemazón.
- Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (SUI)
- Sequedad
¿Qué es el forma V?
Es un procedimiento médico no invasivo, no doloroso y no ablativo indicado para el tratamiento de los problemas de la salud íntima femenina ocasionado por el embarazo y parto, cambios físicos, hormonales y por el envejecimiento.
¿Cómo funciona el forma V?
El tratamiento se realiza a través de una sonda, estéril, desechable y exclusiva para cada paciente que una vez conectada al equipo transmite la energía de la radiofrecuencia al interior de las paredes vaginales y en la superficie de los genitales externos (vulva). Esto produce un calentamiento profundo, volumétrico y uniforme de la pared interna del canal vaginal y los genitales externos estimulando la producción de colágeno y elastina y llevando a una contracción interna y externa de los tejidos
¿Qué beneficios tiene el forma V?
- Mejora laxitud del canal vaginal y de la vulva.
- Disminuye el riesgo de incontinencia urinaria y mejora la incontinencia urinaria de esfuerzo leve a moderada
- Tensado y aumento de lubricación de las paredes vaginales
- Mejora el confort durante las relaciones sexuales
- Tratamiento ambulatorio, no quirúrgico, cómodo, no doloroso.
- Sin riesgo de quemaduras.
- Los resultados son inmediatos y mejoran con el tiempo.
¿Cuántas sesiones son necesarias?
El número de sesiones de tratamiento depende de cada paciente. En promedio se requieren 2-4 sesiones, con un intervalo de 2-4 semanas, pero puede variar según a respuesta del paciente.
¿Qué contraindicaciones tiene?
- Embarazo
- Presencia de marcapasos o Implantes eléctricos activos en cualquier región del cuerpo
- Implantes metálicos o malla en el área de tratamiento
- Cirugía de área vaginal o pélvica en los últimos 12 meses
- Infección pélvica o del tracto urinario
- Malignidad activa o tratamiento de cáncer en los últimos cinco años
- Sistema inmunológico deteriorado debido a enfermedades inmunosupresoras como el SIDA y el VIH, o el uso de medicamentos inmunosupresores
- Antecedente de herpes genital